domingo, 14 de junio de 2009

La interminable muerte de Yugoslavia



El actor Leon Lucev (Vuko), el director Göran Rosenberg y el histrión Slavko Stimac (Hassan). Foto: AP

Buick Rivera es una producción croata que se presentó en el marco del festival FICCO 2009; que aborda el conflicto de dos balcánicos, uno serbio (Vuko) y otro bosnio (Hassan), que se encuentran casualmente en una carretera rural de EUA después de más de diez años de terminar la guerra.

Sin conocerse entablan una relación extraña de ayuda y coraje, de agrado y disgusto que resulta insólita si no se conoce la problemática balcánica. Un film que retrata perfectamente cómo estas etnias arrastran consigo elementos característicos que los diferencian de otros y cómo es su relación mutua después del conflicto armado de la década pasada.

Hablar de la península balcánica y específicamente de las repúblicas que conformaron a la extinta Yugoslavia implica desenmarañar un conglomerado de etnias, religiones y culturas que a través de los milenios se han asentado en la región y se han mezclado continuamente hasta desembocar en los grupos que conocemos actualmente.

Son las diferencias culturales las que permiten reconocer el origen del individuo, los nacionalismos y la etnicidad de estos pueblos tienen matices particulares que es necesario explicar ya que se han construido a partir de rivalidades históricas o cismas religiosas.

Esta etnicidad es un elemento clave para comprender los conflictos balcánicos que encuentran en las diferencias culturales, religiosas e históricas su eje fundamental y se caracterizan por su posición xenófoba.

La limpieza étnica, el genocidio, la tortura, los campos de exterminio, las violaciones a los derechos humanos y la guerra (simple y llanamente) se convirtieron en la rutina diaria de los Balcanes entre 1991 y 1995. El dolor que todos sufrieron no pueden olvidarse de un momento a otro, pues todos en algún momento durante el conflicto jugaron el rol de victimas y victimarios.

Cuando se habla de un genocidio olvidado en el tiempo, que junto a Rwanda en su época y actualmente Darfur, no reciben ninguna atención mediática importante es grato encontrarse con producciones como ésta.

La actitud de los personajes es increíblemente realista, si bien ya no encuentran en los Balcanes no han olvidado las rencillas ideológicas; sumergirse en la desintegración de Yugoslavia es encontrar la respuesta a muchas interrogantes que plantea la película.

La forma violenta en que se relacionan Vuko y Hassan no es fortuita, en los últimos años han regresado 2.5 millones de personas a sus hogares, otras 650.000 se han asentado permanentemente en el extranjero, debido a este fenómeno Croacia, Bosnia y Serbia cuentan nuevamente con regiones donde las tres etnias viven y trabajan en cercanía, no obstante aún existen 620 mil refugiados y desplazados internos.

Sin embargo existen regiones a lo largo de los tres países donde los retornados ahora son minoría étnica, en ellas el número de retornados es menor, el caso de los grupos que desde antes de la guerra conformaban una minoría es aún más drástico: sólo la mitad de la población de la preguerra ha vuelto a sus lugares de origen, son vecinos de sus antiguos enemigos de guerra y reducen al mínimo los tratos entre sí.

El desempleo varia de un 30% hasta un 80% dependiendo de la región, se siguen realizando actos de exclusión por motivos étnicos de manera generalizada: existe discriminación al intentar conseguir trabajo, plazas escolares o atención médica, un ejemplo es la República Srpska, en Bosnia, que no admite inversión no serbia en sus empresas.

En enero de 2005 los gobiernos de Serbia, Croacia y Bosnia así como el ACNUR y la Unión Europea firmaron el acuerdo de Sarajevo (también llamado Iniciativa 3 x 3); en él se comprometían a resolver los conflictos derivados de los desplazamientos humanos durante las hostilidades; la meta era solucionar todos los problemas pendientes para finales de 2006. Eso no sucedió.

Buick Rivera es una forma artística de recordarnos el conflicto, que a casi 15 años de haber terminado no se ha resuelto del todo y que sólo cobra vigencia en la agenda mundial gracias a los destellos de la nueva república de Kosovo.



Buick Rivera Dir. Göran Rosenberg, Croacia, 2008.
Ganadora del Sarajevo Film Festival 2008.